jueves, 6 de marzo de 2008

Mi vida en Sofía

Siempre habrá versos que la busquen a usted, porque ello me otorga especialmente vida y me gusta pensar que también a usted le regenera por dentro; siempre habrá relojes imaginarios que esperan el minuto ideal pero eterno para seguir viviendo a su lado conjugando poemas y pasteles. Así que yo sigo queriendo convivirla, robarle cada tarde ese olor tan dulce que rezuma de sus lóbulos encerrados cada mañana en su gorro pastelero, perderme en el sur de su vestido, donde el chocolate me dibuja mapas, escuchar el rumor delicioso que hay en la cocina y conocer sus extremidades -en las que usted tanto confía- y que me salvan de un inesperado naufragio (alimenticio). Que sigo con el encanto de pegarme a su apariencia, a ese vestido, porque es eminentemente blanco. Con su presencia ya no vivo aquellos amaneceres anoréxicos en los que las vitaminas no existían. Su nombre siempre es pronunciado por la boca de mis manos, pero reconociendo el haz de luz que desemboca en las palabras que yo veo en su finísima figura, figura a la que le ciñe un delantal cada mitad del día. Es usted tan visible entre mis ideas.. Yo le doy por tan querida que la encuentro a cada instante. Cuántas veces le nombra la saliva fluorescente de mi mano, amarillo resorte de su bilis, tantas como mi hígado se hincha de ilusión al saberme por usted querida. Cuando la miro, a veces me siento con la misma alegría que tiene una ropa limpia, como sus delantales… de lejos, allá, intensamente blancos pero que caducan en su cintura al instante. Un paño blanco que adora a sus caderas a través de un largo cordel pero que se va llenando de nuevos mapas cambiando su geografía sin lógicas a las que agarrarse. Su materia blanca. En definitiva, que conviviendo con usted, ya no hago hambre de cafés, sin alimento, sin sed, sin vocación.

1 comentario:

Art_Alegoría dijo...

Hola, Buenas Tardes,

me agrada el caleidosc�pico azar de un paseo an�nimo.

Virtual.

Y me agrada desembocar en l�neas que huyan de lo acomodaticio.

Creo que, de todas las maneras, he de ejercer una sinceridad valorativa : me agradan m�s tus textos en prosa, que las poes�as.

No s� si decirte que lo lamento, pero es que es as� : creo que poseen una mayor linealidad narrativa y simult�neamente no ahogan tanto como el desenlace final esperado en tus Poemas.

Es una apreciaci�n bien intencionada : jugando con las palabras, y a estas alturas [ de los rascacielos ], jugar al efectismo lisonjeador ser�a pueril.

Gracias

Un atento y cordial saludo,

Art Alegor�a