domingo, 9 de noviembre de 2008

Nancy Spero y García-Alix

Hoy me ha despertado, quizá demasiado pronto, una lucha de gatos en el umbral del jardín. Tras levantarme y desayunar sola, S. está trabajando para que otros endulcen sus vidas y dejen atrás el amargor de las penas, he olvidado por completo aquella lucha de bestias, así que no sé si ha haído heridos o muertos. Me siento culpable por mi desinterés.
En fin, que hoy, desinteresada o no quiero ser exhaustiva. Tanto como lo quieran ser mis manos. Ayer estuvimos en el Museo Reina Sofía. Lié a S. porque aunque en principio quería ver la exposición de Alberto García-Alix, duro fotógrafo español, en cuanto vi que también exponían a Nancy Spero, mi ánimo creció con toda desesperación y prisa para acercarnos.
La tarde fue redonda como redondos son los ojos y los besos de S. Me enamoré, como otras veces de las técnicas y los mensajes de la Spero y por supuesto disfruté más de lo que yo creía de la fotografía de Alix.

Disidanzas. Nancy Spero. Los años no han mimado su antaño ágil y rebelde esqueleto. Todo lo contrario: el destino, tan irónico y cruel, ha castigado sin piedad el físico de una mujer que utilizó precisamente el cuerpo humano como bandera de su incansable activismo social, de su arte siempre comprometido. A sus 82 castigados años, Nancy Spero, víctima de una artrosis reumatoide degenerativa que le ha atrofiado su frágil osamenta, ha hecho un titánico esfuerzo por viajar desde Nueva York; no quería dejar de ver la exposición que le dedica en Madrid el Museo Reina Sofía (ABC)
La delgadez de su cuerpo se complace con un apetito voraz, y la torpeza de sus extremidades con una ligereza musical en su voz. Y su voz ha dicho ya tantas cosas: El mundo del arte siempre busca excitaciones, nuevas cosas que abrazar, flirtear con el peligro, provocar al burgués. Y a la vez busca preservar su respetabilidad. Es en esencia conservador. (N. Spero. Cleveland, Ohio, 1926)

Bomba cagando. Hay mucha rabia, nunca contenida, en su obra. Mucha desesperación. Su trabajo ha sido calificado como arte protesta, arte feminista, subversivo... Cuando le preguntan sobre la relación del arte con el dolor, dice que el arte contemporáneo «trata de estar cómodo; le interesa dar un mensaje bello. Pero para la mayoría de los artistas es una lucha». Pacifista convencida y militante, muchas de sus obras semejan exorcismos para ahuyentar la guerra. Así ocurrió con Vietnam y su serie «War». Pero esos exorcismos no dieron buen resultado: las guerras continúan.


Su arte puede considerarse como un libro extendido de poesía: extraños signos de civilizaciones antiguas conviven con otros que hacen referencia a conflictos, cuestiones de género e imágenes de hoy. Parecen flotar como las tipografías en las páginas de Mallarmé. Porque la de Mallarmé es una poesía abierta a un sin fin de evocaciones, a innumerables sentidos.

Nancy Spero comenzó pintando lienzos a la manera tradicional, pero pronto se dio cuenta de que este medio era eminentemente masculino, y como tal, la marginalizaba como artista. A partir de entonces sus esfuerzos se concentraron en crear un lenguaje pictórico específicamente femenino, donde la mujer estrenara su capacidad de comunicar en un espacio propio. Este espacio, que desecha el lienzo y se decanta por la fragilidad del papel, se organiza en torno a un léxico de figuras trashistóricas y trasculturales, reales y mitológicas, que trabajadas una y otra vez desenmascaran estereotipos y desplazan categorías y jerarquías. En su trabajo, el movimiento, el ritmo, el color constituyen una gramática aplicada directamente sobre el cuerpo de la mujer que, reforzada y llena de energía, conquista «feminizando» el espacio masculino del arte.

Creó un lenguaje de signos. Pintaba mujeres atletas desnudas, diosas, a veces modernas, que saltaban encima de frases misóginas escritas por Nietzsche, como aquella que decía que la esencia de la mujer era nula, y que las mujeres feministas eran hombres. El presente continuo es perfecto para describir lo que hago. Repeticiones. Repeticiones. Planchas repetidas. "Es necesario repetir, porque cada vez es así, es así, es así...". Yo siempre he dicho que "My art is my art, is my art, is my art...". Gertrude Stein lo escribió de una forma más bella, "una rosa es una rosa y siempre será una rosa".

De donde no se vuelve. García-Alix (León, 1956). Una exposición con cerca de 200 fotografías, muchas inéditas, en la que transita por el trabajo realizado, desde las instantáneas, tomadas cuando tenía 20 años en su entorno más íntimo, hasta los retratos captados el pasado diciembre en China, y un vídeo, producido con ocasión de la muestra, en el que repasa su particular universo fotográfico. Es el fotógrafo más crudo. Inyecciones de heroína transcurriendo quietas por el disparo de una cámara, por las venas más hinchadas. Rostros derrotados. Vidas al límite. Desvencijadas. Mujeres desnudas desmintiendo sus encantos. Los pies de un muerto perfectamente identificado en su dedo más gordo. Presencias y ausencias. Sobre todo ausencias.
"La droga es el fracaso narcotizado". "¿Estoy huyendo o estoy buscando?". "El primero en morir del grupo fue mi hermano; la primera en nacer, a los pocos meses, su hija". "Éramos jóvenes irreverentes que nada nos saciaba; vivíamos una épica destructiva sin ningún tipo de disciplina; yo me salvé porque tenía una disciplina, solo una, pero la tuve: la fotografía".
Ayer S. y yo nos preguntábamos cuántos de esos modelos de la cruda vida se salvaron. Cuántos estarían hoy en día vivos. Tan pocos. Qué inmenso cementerio perseguido por sus ojos... Yo creo que la fotografía sí salvó a García-Alix. Él si volvió de donde no se vuelve. Y volviendo de nuevo, vuelvo a la máxima de Spero: Repetición. Es necesario repetir, porque cada vez es así, es así, es así...". Fíjense si no hay repetición en el mismo acto de disparar una cámara...

Camino cegado contra un sol poniente. Sobre mi cabeza, una tupida red de araña recorta el cielo. Cables, postes, miles de ramas de árboles negros y sus sombgras... Sus sombras rotas. Vapores de opio donde el tiempo es sombra. Vapores de opio sueñan letras chinas. Morfina. Pentazocina. Palfium. Dolantina. Pentapón. Sosegón... Ampollas de clorhidrato mórfico... Heroína. .. Limbo que antecede al infierno...

Como colofón y a diez minutos de cerrar el Reina Sofía encaminamos nuestros pasos ya rápidos hacia el Guernica. Habría que mirarlo cada vez que uno se acerca allí. No tardaron en sacarnos de la sala con todas sutilezas. De allí y con la misma prisa fuimos hacia el masturbador de Dalí. Tampoco tardaron en sacarnos.

Esta entrada es muy larga, lo sé, pero tan necesaria. Y todo para decir que ambas exposiciones son muy recomendables. ¡Cómo me enredo!

* información de internet

5 comentarios:

Sintagma in Blue dijo...

Es impresionante esa capacidad de conmover con imágenes.

Ana María Espinosa dijo...

Magnífico Nuria, dos grandes artistas a través de tu sensibilidad.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

ESTA ENTRADA MERECE UN ABRAZO ENORME, NURIA.

MUY BUEN TAMIZ ESE SABER MIRAR TUYO...

Un beset

víktor

Mamen dijo...

Qué barbaridad, Nuria, y todo empezó (recuerdo) con un par de gatos luchando...
Me has solucionado el plan de este sábado por la mañana. Ya te contaré.

Besos.

Mamen dijo...

Al final la mañana del sábado la dedicamos a tus sugerencias y la rematamos con la exposición de arte chino abstracto, en el CaixaForum. Y por la tarde dos pelis en versión original y cenita en el Come Prima.

Maravilloso todo.
Gracias, Nuria.