jueves, 24 de marzo de 2011

molinos y cortacéspedes inmutables

el hombre y su realidad se manifiestan de formas distintas: meridianas, oscuras, genéticas o ambientales, racionales o sentimentales, malvadas o bondadosas, con grandeza o miseria, de manera espúrea o desinteresada. pero no hay una inamovible aunque sí contradictoria naturaleza. toda realidad es mutabilidad, transformación. toda biografía es camino de transición. todo retrato es devenir, eclosión, un organismo transido de movimiento, organizado sobre el territorio de la evolución, que convierte su quietud en un relato movible... nos manifestamos incoherentemente, contradictoriamente. el hombre se reinventa insconcientemente. nos reinventamos resquebrajando y recomponiendo nuestra inimitable, ilógica y maravillosa naturaleza. nos transformamos, evolucionamos y nos mimetizamos invariablemente en el signo de la realidad, la cual es multiforme y compleja

shakespeare

y ahora me pregunto qué hay de nuevo en este mundo, si todo ya existía. sabemos que la naturaleza es rotundamente mutable.... pero sus sonidos, sus olores y colores permanecen tan inmutables en nuestros recuerdos.... la fuerza del viento, el sonido de un cortacésped que te devuelve a la infancia, un molino que gira sesgando aquellos aires tan difíciles... la novedad en este mundo tantos años despúes son los rostros recién descubiertos. las amistades nuevas. todo lo demás es inmutable a mis ojos.

1 comentario:

Eva R. Picazo dijo...

(re)inventarse, siempre!
El más firme manifiesto de nuestras acciones.
Me ha gustado
Beso