domingo, 24 de abril de 2011

madrid desde un descapotable amarillo

hoy hemos pasado la tarde sobre uno de esos cochecitos fantásticos desde los que tienes madrid a pie de calle. se llaman gocar tours y ha sido una experiencia muy divertida. el cielo al mediodía nos consintió tener esta pequeña aventura, así que tras ponerme en comunciación con ellos y reservar un tri-coche de este color chillón, nos hemos puesto en marcha. hemos comido en un restaurante céntrico y caminado con tanta tranquilidad que hasta hemos hecho parada en un puesto de libros donde conseguí tres títulos (dos de silvina ocampo y otro de flavia company). así hasta llegar al paisaje cada vez más histórico del templo de debod, hemos llegado a la calle ferraz 34, donde están las oficinas y después de comprobar que mi edad sobrepasaba con creces los 21 años obligatorios que has de tener para subirte en estos vehículos, hemos comenzado nuestra hora de viaje.

ya sentadas en el minúsculo pero extravertido coche, hemos calzado nuestros cráneos con unos cascos, atadas nuestras caderas con un cinturón y puesta la llave en el motor, todo fue tan sencillo como dar a un botón de encendido. confieso que los tres primeros metros para salir del garaje casi me da un patatús porque me sentía extrañada, he conducido muchos coches, desde un seat 127 a un mercedes, pasando hasta por una gigante cosechadora que parecía una orca. también he conducido un par de modelos de motos (pequeñas) y mi memoria ahí se detiene, pero en fin, a los tres minutos de tener esos mandos entre mis manos, la memoria que acaba de abandonarme tomó carrerrilla desde el pasado y fue como coger la primer bicicleta de mi infancia.

nos decidimos por la ruta antigua que comprendía entre otras muchas la latina, cava alta, santa ana, gran vía, ópera y su palacio real y un largo etcetera que un gps (con cuatro idiomas a elegir) con voz de mujer divertida nos iba indicando la ruta exacta de todos esos lugares por los que teníamos que pasar. a esto hábía que sumarle los comentarios más destacados turísticamente hablando de monumentos atravesados. incluso puedes decidir dónde parar.

ha sido una experiencia muy divertida, para repetir sin duda. lo más entretenido era descubrir en todas las gentes una sonrisa abierta mientras con el índice de una de sus manos nos señalaban y hablaban decían entre dientes ¡qué chulo....!, japoneses haciéndonos fotos, comentarios graciosos de peatones a los que cedíamos el paso... grupos de señoras alucinadas de que algo así estuviera transitando las calles de madrid... en fin, lo dicho, para repetir. además los conductores de madrid son muy respetuosos con el color de este coche.

un dato importante, o por lo menos reseñable. la hora cuesta 30 euros pero si el conductor o el copiloto tiene un blog (como ha sido mi caso) y te comprometes a escribir algo (quizá incluso más escueto que esta sarta de palabras) te dejan la carrera totalmente gratuita. vamos, que estoy por abrirme otro blog (es que escribo mucho) y volver a subirme a uno de estos cochecitos. en cualuqier caso, repetiré pagando esos euros. buena iniciativa. y ahora que llega el buen tiempo aún más, si cabe.

así que, chicos, lo prometido es deuda y aquí está mi experiencia abierta al mundo. la hubiera relatado aunque hubiera abonado esa hora de trayecto. no tengo ninguna duda.

*fotos de s. yo no tenía manos para fotografiar esta otra manera de disfrutar de la ciudad. por cierto, mi enhorabuena a mano de s. y al bache que debimos de atravesar por la tercera foto del edificio que parece sacado de la peli de charlie o la fábrica de chocolate....

1 comentario:

Meme Vergara dijo...

Di un paseo con vos. en eso cochecitos amarillos. Me alegro saber que encontraras textos de Silvina Ocampo, la admiro mucho, y te recomiendo todos, si llegaras a conseguir lo ultimo que se publico de ella es muy bueno "La promesa".
Actualmente estoy leyendo otro, que es excelente tambien.

Saludos.